jueves, 21 de junio de 2012

RESPUESTAS DESDE EL CERN 2


4. ¿Por qué vemos el universo oscuro? 

La Madre Naturaleza nos ha equipado con un par de ojos, que son unos instrumentos muy sofisticados para recibir información de nuestro entorno, pero tienen sus limitaciones: sólo detectan luz, y ni siquiera toda la luz. La luz puede ser considerada como una onda que oscila a una cierta frecuencia. Si la luz que nos llega oscila unas 780 millones de millones de veces por segundo entonces vemos el objeto que desprende esa luz de color violeta. Si un objeto desprende luz que oscila unas 400 millones de millones de veces por segundo, vemos ese objeto de color rojo. Si nos llega luz cuya frecuencia de oscilación no está contenida entre el rojo y el violeta, el ojo no ve nada, o sea negro.



Para el ojo es igual que le llegue esa luz que que no le llegue nada. Con nuestros ojos sólo podemos ver los objetos del Universo que desprenden el tipo de luz que nuestros ojos pueden detectar. A veces, un objeto desprende luz visible pero está demasiado lejos y la luz llega muy atenuada a la Tierra porque hay algo de materia en el camino que absorbe una parte. El ojo también tiene un límite en cuanto a la cantidad mínima de luz que necesita para ver algo. Si tuviéramos ojos especiales que fueran más sensibles y aceptaran luz de muchas más frecuencias el Universo nos parecería mucho más luminoso.



5. ¿Se podría aprovechar de alguna manera la energía oscura del universo?

Es muy pronto para decirlo. Primero habría que comprender qué es la energía oscura. De la misma forma, se puede decir que la energía eléctrica se había experimentado antes de comprenderse (a alguien le había caído un rayo cerca, la gente se cargaba de vez en cuando de electricidad estática y soltaba chispas al tocar un metal, etc.) pero sólo después de comprenderse completamente en el siglo XIX se empiezan a encontrar aplicaciones.

6. ¿Es cierto que transformáis energía en materia?

La transformación de energía en materia y viceversa es una cosa muy corriente que pasa continuamente en todas partes, no sólo en el CERN. Por ejemplo, si entras en tu habitación y enciendes la luz, muchos fotones (las partículas que llevan el campo electromagnético) saldrán de la bombilla en todas direcciones. Algunos de ellos desaparecerán y darán lugar a un par de partículas: electrón y positrón por ejemplo. Estos a su vez pueden aniquilarse al cabo de un breve instante y volver a dar un fotón, que es el vehículo de la energía que va a iluminar y calentar la habitación. El baile de partículas y energía es constante, aunque no lo notemos con nuestros limitados cinco sentidos. El mundo subatómico no se rige por las mismas reglas que el mundo macroscópico al que estamos acostumbrados. La mecánica cuántica nos dice que procesos como el que he descrito arriba son posibles con una cierta probabilidad. Einstein, con su E=mc2


nos dice cuánta energía se requerirá para crear partículas de una cierta masa, o cuanta energía se creará cuando partículas de una cierta masa desaparezcan. Esto, como digo, pasa continuamente a nuestro alrededor. La única diferencia es que en el CERN estas cosas se provocan en condiciones controladas para poder estudiarlas con detenimiento.
Texto por: Javier Serrano
Imágenes subidas por: Víctor Vallet




No hay comentarios:

Publicar un comentario

No publicaremos comentarios subidos como usuario anónimo ¡Gracias!